En una de las pocas entrevistas que concedió en su vida, J.D. Salinger, un escritor de culto para mi, señaló "Me gusta escribir. Amo escribir pero escribo sólo para mi y para mi placer" Escribió muchísimos años sólo para él. Claro él no tenía que batallar con sueldos "reguleques" o "miserableques", ya que su libro más conocido "El Cazador Oculto" o por otros traducido como "El Guardián en el Centeno" , ha vendido millones de copias y se siguen publicando unos 250.000 ejemplares al año.
En cambio yo, que amo escribir para mi, escribo poco. Es que yo estoy ocupada en cómo generar algún ingreso.
Escribiré entonces en la medida de lo posible pero si, no he divulgado mi blog en mis redes. Insisto no me interesa que me lean mucho, quiero adquirir constancia en esto de escribir . Por el momento he tenido dos visitas: la mía y la de mi hija mayor.
A propósito; a ella, camino a la "reguleque" cena de Año Nuevo que tuvimos, la asaltaron. Por suerte no le hicieron daño pero hoy me dijo: es primera vez que realmente siento miedo. Eso no es tan así porque cuando chica, cuestión que me conmovió, sintió muchas veces miedo. Me lo dijo muchos años después; que cuando ibamos a las manifestaciones, al cementerio o para las protestas ella nos esperaba muy asustada.
Algo curioso que se me viene a la mente es que cuando nos alegaban que había mucha delincuencia en los tiempos de la Concertación, yo les contestaba irónicamente, que nosotros fuimos de las pocas víctimas de robos y asaltos en dictadura. En realidad nos tuvieron de caseros con el auto, partieron con de todo para el terremoto del 85, en otra oportunidad entraron a la casa y llegamos estando los ladrones adentro, apareció un asaltante con cuchillos por el taller y me pasó algo muy parecido a lo que le ocurrió a mi hija el 31.
No hablo de allanamientos, amenazas, intentos de rapto, palizas hasta cansarse y esas cosas. No, me refiero a delitos comunes. A éstos últimos yo no les temía tanto miedo; a la DINA y CNI, pánico -pavor.
En este Gobierno de derecha, parece que nada ha cambiado en materia de delincuencia. Por cierto ya no es "la bolsa o la vida" ahora es " el celular o la vida". A mi hijo menor se lo quitaron hace poco, pistola en mano, oculta en un polerón , en un bus, y a la mayor, camino a celebrar el año nuevo, en una estación del metro.
Sólo eso empañó la cena familiar. Eso si estuvo "reguleque", o sea para unos pocos de regular para abajo pero para nosotros y para muchos chilenos un verdadero lujo.
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